En los estudios previos, las citadas habilidades de búsqueda visual fueron evaluadas mediante experimentos en los cuales los niños autistas debían realizar tareas de prueba en una mesa o ante un ordenador. Ningún estudio, hasta éste de ahora, ha evaluado con qué eficacia se desenvuelven los niños autistas en un ambiente más similar a la vida real.
En una misma sala de pruebas, 20 niños con autismo y 20 niños normales de la misma edad fueron instruidos para presionar botones ubicados en el suelo con el objetivo de encontrar un blanco escondido entre múltiples sitios iluminados. Estos blancos aparecieron más en un lado de la habitación que en el otro.
Una teoría contemporánea sobre el autismo sostiene que los niños autistas son más sensibles a las regularidades dentro de un sistema (por ejemplo, números primos). Sorprendentemente, no se observó el supuesto comportamiento más "sistemático" en esta prueba; los niños con autismo eran menos eficientes y más caóticos en su búsqueda. Comparados con otros niños, eran más lentos en detectar las regularidades dentro del "sistema" (por ejemplo, en qué lado de la sala era más probable encontrar las luces) que les ayudarían a escoger dónde buscar.
Un momento del experimento. (Foto: Bristol U.) |
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